*No todo tiene que ser gracioso.

sábado, 15 de octubre de 2011



Fontanarrosa no sólo fue gracioso,
también supo esconderse
dentro de la piel de una poetisa,
y dejarte helado esperando el punch line.

Y Beth Gibbons, claro.


De golpe el día que te espera
tiene su propio color,
y tenés que meterte los pinceles en el culo.

De La mesa de los galanes, de Fontanarrosa:

"Yo te hablo"

Begonia
iridiscente
de mi vieja maceta.
Yo te hablo
y tú
me escuchas
con silente belleza.
Te cuento
de mis penas
de mis horas
amargas
de mi rezo constante
por esa hermana enferma.
Te hablo de mis males
de mi dulce
tristeza
ante la vaga anemia
del crepúsculo
cerca.
Del permanente
llanto
por mi madre
ya muerta
que
quizás
desde el Cielo
mi soledad observa.
Te cuento
del trabajo
forzado
de la casa
del patio


la cocina
y las otras macetas.
Del frío
del rencor
el blanco azulejado
la verde enredadera
del agio
de la usura
la estafa
el peculado
la envidia
y la escalera

Y de la amiga aquella
a quien el falso crup
llevara
por su senda.
Te hablo
fiel begonia
incluso de este riego
con que a ti
te bendigo
y del perro
que un día
partió
con su ladrido.
De la molesta tos
del dolor en mi oído
y de esta puntada
acá
que arruga
mi vestido.
Y te hablo de aquel hombre
que quise y no me quiso
aquél del primer beso
aquél del ansia vana y al que sigo esperando
pese a que hace ya
treinta años
de la tarde
famosa
en que
con voz canora
dijera
"Hasta mañana"
Y tú
bella begonia ufana
en tu maceta
me escuchas
me comprendes
recedes tu corola
te vences
te reclinas
te amustias
y te secas

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